Cuando fue a la tienda no
quedaban salchichas y se volvió a casa paseando.
Se dio cuenta que unos
niños más grandes que le seguían.
Pepito corrió muy rápido hasta
llegar a casa.
Al llegar se asomó por la
ventana y escuchó a los niños que decían:
-¡Vaya, no hemos podido
quitarle el dinero!
FIN
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