Érase una vez una niña que
quería un estuche de las Monster High.
La niña se lo dijo a su
madre. Se puso a llorar y la madre le dijo que si se lo ganaba se lo compraría.
La niña era la más feliz
del mundo y lo llevaba a todas partes. Dormía con él y también lo llevaba al
parque de las piscinas.
FIN
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