Había una vez un niño
pelirrojo con pecas en la cara. Era gordito. Se llamaba Telesforo y tenía un
secreto: sabía contar cuentos mágicos.
Podía hacer realidad los
cuentos que contaba.
Podía viajar en el arcoíris
o vivir en un palacio de cristal.
¡Qué suerte tiene
Telesforo!
FIN
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