Érase una vez un gato
pobre que se llamaba miau. Siempre buscaba comida en la basura.
Un día se encontró a su
vieja amiga la gata Lilí.
Lilí le dijo a Miau que se
fuese a vivir a su casa. Tenía un frigorífico lleno de comida y así fue.
Miau nunca volvió a pasar
hambre.
FIN
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