Érase una vez un policía
que estaba investigando un robo. El ladrón había robado un bolso a una señora
joven.
El policía le preguntó a
la señorita cómo era el ladrón y lo buscó hasta que lo encontró. Le puso las
esposas y lo encerró en la cárcel y no volvió a robar.
FIN
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