Érase una vez una perra llamada Kokita que tropezaba con todo y sus amigos le preguntaba:
-¿Qué te pasa, Kokita?
Y contestaba:
-Nada que soy tontalaba.
Un día, una señora que se llamaba Paqui le preguntó:
- ¿Qué te pasa, chiquilla, que te das golpes de pared a pared?
-¿Otra vez? Que soy la tontalaba y soy muy feliz.
FIN
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