Érase una vez un
diplodocus que vivía en un valle. Un día se secó.
Entonces decidió ir
a la montaña porque estaba más húmeda y había más hierba.
Durante el camino
había muchas trampas de la naturaleza: arenas movedizas, árboles que se caían y
tornados gigantes.
Consiguió pasarlos
todos.
Después de todas
estas aventuras llegó a la montaña donde había mucha comida y vivió feliz.
FIN
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