Había
una vez un gran cocodrilo llamado Drilo. Drilo era travieso, un poco feo y sólo
tenía un amigo que era un castor. Los demás cocodrilos no eran amigos suyos
porque decían que era malvado y se comía la merienda de todos. Un día
descubrieron que Drilo no era el que los dejaba sin merienda sino su amigo el
castor. Todos le pidieron perdón y fueron sus amigos para siempre.
FIN
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