Érase una vez un niño que
se llamaba Mario. Un día fue al campo con su abuelo y se encontró un bichito
muy curioso. Le preguntó a su abuelo si se lo podía llevar a casa. Como le
dijeron que sí lo metió en una cajita y cual fue su sorpresa cuando vio que
cambiaba de color. ¡Qué susto se llevó!
Hasta que su abuelo le
explicó que era un camaleón.
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