“Guapa, preciosa, eres un
sol” y Pepa, la cacatúa, lo aprendió todo muy bien.
Un día llegó la abuela a la
casa y kiko dijo:
-Pepa, dile algo a la
abuelita.
Pepa respondió:
-¡Guapa, preciosa, eres un
sol!
La abuelita se puso tan contenta que le regaló a
Kiko una tableta.FIN
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