Había una vez una niña
llamada Cristina que tenía un primo llamado Pepe, que era torpísimo. No atendía
en clase, no hacía los deberes, jugaba, hacía lo que quería.
De ahí que todo el mundo
le llamara “Pepe el torpísimo”.
Cristina, cansada de que
le llamaran así prometió ayudarle.
Le enseñó a atender en
clase, a hacer los deberes y a portarse bien.
Bueno, pasito a pasito hemos llegado al cuento número 100. Enhorabuena a todos-as por vuestro trabajo.
Ánimo y a llegar al 1.000.000...
JAVIER.
Kira era una cachorrita de
perro boxer. Cuando nació su dueña se la dio a una niña llamada Candela. La
mamá de Candela no quería perros en casa así que decidieron regalársela a su
amigo Dani.
Kira era muy juguetona y
le encantaba estar en casa de Dani pero echaba de menos a su mamá.
Un día, la mamá de Dani,
llego de hacer la compra y mientras metía las cosas dejó la puerta abierta y
Kira escapó para buscar a su mamá.
Érase una vez un perro
llamado Estuar. Tenía un dueño llamado Antonio.
Un día lo sacó a pasear.
Se encontró con su hermana
llamada África.
-Hola África- ¿te vienes?
-Vale.
-Mira mi perro.
-¿Cómo se llama?
-Se llama Estuar.
Se encontró con Antonio
Encinas que estaba con una gata llamada
Kitty. Era muy guapa. África tenía un hamster llamado Pichuri y los tres
jugaron mucho.
Érase una vez un arcoíris
muy pobre, solo tenía un color, el color rojo.
Tenía solo un color porque
nunca llovía y el arcoíris estaba triste. Una mañana empezó a llover y a llover
y a llover y al arcoíris le salieron todos los colores y se puso tan contento
que fue a buscarse un amigo y se hizo amigo del sol.