Había una vez un niño que
quería aprender a jugar al fútbol y se encontró a un amigo llamado Santi. Le
enseñó a jugar al fútbol y estuvieron practicando penaltis, cornes, fueras,
faltas… ensayaron tanto que se cansaron y se sentaron para tomar aire. Bebieron
agua.
Otro día Antonio y Santi
jugaron un partido con Jairo y Javi. Los porteros eran Santi y Jairo.
Ganaron Santi y Antonio
porque Santi le había enseñado muy bien.
FIN
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